The Black Keys apuestan por continuidad
The Black Keys han publicado su decimotercer álbum, No Rain, No Flowers, una obra en la que el dúo mantiene su estilo sin grandes riesgos, pero con momentos musicales destacados. El lanzamiento fue producido por ellos mismos y grabado en Nashville.
Una trayectoria que se ha consolidado
Desde sus inicios en 1997, Dan Auerbach y Patrick Carney han mantenido una colaboración constante. Han sido acumulados cinco premios Grammy, más de diez millones de discos vendidos y miles de millones de reproducciones. Con base en Nashville, el grupo ha evolucionado desde el garage rock y blues lo-fi hasta un sonido más pulido y accesible.
No Rain, No Flowers: un título simbólico
El nuevo álbum fue llamado No Rain, No Flowers, haciendo alusión a las dificultades superadas. El año 2024 fue marcado por la cancelación de su gira norteamericana y la ruptura con su mánager. Esta experiencia personal parece reflejarse en el tono general del disco, aunque musicalmente no se hayan explorado nuevos caminos.
Canciones que sobresalen por su calidad
Pese a la falta de riesgo, algunas canciones brillan con fuerza. “Man On A Mission” fue considerada como la mejor del disco, con su ritmo desafiante y su riff pegajoso. “On Repeat” también fue destacada, especialmente por su melodía de guitarra. Otros temas como “Babygirl”, “The Night Before” y la balada “Down to Nothing” han sido valorados por su producción y arreglos.
Producción impecable, pero cierre débil
A pesar de estar bien producido, el álbum termina con cuatro canciones que fueron consideradas menos memorables: “Kiss It”, “All My Life”, “A Little Too High” y “Neon Moon”. Esta última presenta un estilo country con elementos épicos, aunque sin aportar mucha novedad.
Una obra sólida sin sorpresas
El nuevo álbum de The Black Keys fue descrito como un trabajo sólido, con momentos destacados pero sin la innovación que algunos esperaban. La continuidad estilística ha sido mantenida, lo que garantiza calidad, aunque con menos riesgo artístico.