Robert Plant y Led Zeppelin
Robert Plant celebra este 20 de agosto 77 años, recordando su amplia trayectoria que incluye su paso como vocalista de Led Zeppelin. A lo largo de entrevistas recientes, se ha aclarado que su tema preferido de la banda no es el más conocido.
La elección de “Kashmir”
Se ha señalado que la canción favorita de Robert Plant es “Kashmir”, incluida en el álbum Physical Graffiti de 1975. Durante una charla con el periodista Dan Rather en 2024, se destacó que esta pieza representa un gran logro musical para él, incluso por encima de “Stairway to Heaven”.
Plant explicó que “Kashmir” combina una letra ambigua con una interpretación vocal contenida, describiéndola como “prácticamente la antítesis de la música”. La composición fue inspirada en un viaje realizado por el sur de Marruecos en 1973, en una carretera “dilapidada y sin fin”.
Características de la composición
Se ha subrayado que el sencillo logra un equilibrio entre potencia y mesura, evitando la grandilocuencia que se encuentra en otros temas de la banda. La orquestación y la articulación de cada elemento fueron cuidadosamente trabajadas, lo que resultó en un tema potente pero sin exageraciones.
Durante la última gira de Led Zeppelin en Estados Unidos, Plant mencionó que la canción tuvo un impacto profundo en su vida, considerándola representativa de su evolución personal y musical. La pieza destaca por su riqueza sonora, su producción cuidada y la ausencia de excesos tanto en la interpretación como en la escritura.
Influencias musicales de Plant
A lo largo de su carrera, Robert Plant ha expresado su admiración por figuras como Elvis Presley, quien influyó en su formación vocal, así como por destacados artistas del blues como Sleepy John Estes y Janis Joplin. Estas influencias han sido clave en la construcción de su estilo único y su transición entre blues y rock.
La preferencia de Plant por “Kashmir” refleja no solo su visión musical, sino también la importancia de buscar un equilibrio entre expresión artística y control interpretativo. La obra se mantiene como una pieza central en el legado de Led Zeppelin, diferenciándose de otros éxitos más emblemáticos de la banda.
